Sus cuidados son prácticamente los mismos que el resto de las cobayas. Las cobayas skinny son bastante más sensibles al frío que las cobayas normales, y no deben estar por debajo de los 19ºC. Procuraremos colocar su jaula en una superficie elevada del suelo y cerca de una fuente de calor en invierno, para protegerla de corrientes de aire. Tampoco conviene que le den directamente los rayos de sol, porque podría quemarse su delicada piel.
El metabolismo de las cobayas skinny es más rápido que el del resto de cobayas, lo que hará que queme más energía. Una de estas cobayas puede llegar a comer el doble o hasta tres veces más que una cobaya con pelo.
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